Una nueva amiga

ADVERTENCIA: Contiene vore y situaciones de suspense. Si no sabes que es el vore, mira en la descripción antes de leer mis histórias. Gracias.


Cerca de un pequeño pueblo de Johto, había un Armaldo que se llamaba Brais. Tenía una camisa negra y unos auriculares en sus orejas escuchando su música favorita. Brais era un Armaldo normal pero por dentro era un humano como todos los demás. Estaba oscureciendo y Brais, por escuchar tanta música, se perdió en el espeso bosque y no sabía el camino de regreso. Su estomago empezaba a rugir levemente y tenía hambre. Entonces apago sus auriculares y empezó a buscar bayas o algo comestible para saciar su hambre. Las horas pasaban y había oscurecido totalmente. Brais había encontrado bayas suficientes, se sentó en  el pie de un árbol y se las comió. La noche era bastante fría y Brais empezaba a tener frío. Muy cerca de allí, una Ampharos volvía de traer agua en unas jarras especiales que había hecho con sus poderes ya que ella no era un Ampharos corriente. Sus esferas de su cabeza y la cola, iluminaba el camino para poder tener visión. De repente, oyó un ruido y se puso en alerta. Unos arbustos se empezaron a mover delante suyo y empezó a sacar electricidad de su cuerpo preparada para atacar. Entre los arbustos salió una sombra y la Ampharos  lanzó un rayo azulado hacía la extraña sombra pero lo esquivó cayendo al suelo. La Ampharos se acercó mas a su intruso y quedo algo perpleja. Era un Armaldo con ropa extraña y lo miraba algo sorprendido y un poco impactado por el ataque.  

“Oh, perdona me pensabas que eras un intruso.” dijo la Ampharos.
“Lo siento, no quería entrar en tu territorio y me he perdido en el bosque.” dijo el Armaldo con  extraña ropa.
“Cómo te llamas?” pregunto el Armaldo a la Ampharos.
“Me llamo Lumeria, soy la segunda hermana de los tres.” dijo Lumeria.
“Yo soy Brais. Que son esas cosas flotantes?” dijo Brais mirando unos extraños objetos detrás de ella.
“Son jarras de agua para mi y para mis hermanos. Están hechas de hielo y no se derriten” dijo Lumeria señalando las jarras de agua flotantes.
“Oh, vale. Eres un Ampharos, pero porqué tienes colores diferentes? Los Ampharos normales son amarillos, con anillos negros en las orejas y en la cola y las esferas son de color rojo.” preguntó Brais.
“Bueno, nacimos así. Cada uno de nosotros tuvimos diferentes padres y nuestros padres nos abandonaron.” dijo Lumeria.
“Oh, lo siento. No quería recordar tu pasado.” dijo Brais.
“Porqué llevas esa ropa tan rara? No se supone que los humanos deben llevarla y los pokemon no?”
“Si, pero soy mitad pokemon, mitad humano. Mi exterior es de pokemon y mi interior es humano por eso parezco un pokemon raro” dijo Brais.
“Si quieres te puedo acompañar al pueblo, pero es a dos días de aquí.” dijo Lumeria.

Un viento helado pasó por el bosque haciendo temblar a Brais de frío.

“Te ocurre algo?” preguntó Lumeria.
“Tengo mucho frío. Puedo quedarme a dormir en tu casa?” preguntó Brais a Lumeria.
“No puedo, mi hermano mayor no acepta intrusos.” dijo Lumeria
“No me refiero tu casa. Me refiero esta casa.” dijo Brais levantándose del suelo y empezó a acariciar su estómago.
“Bueno... no sé si hacerlo...” dijo Lumeria sonrojándose.
“No quiero dormir en el bosque, hace mucho frío. Prefiero dormir en una camita cómoda y confortable.” dijo Brais.
“Vale, lo haré. Pero con una pequeña condición. Dejame llevar esto a mis hermanos, meto una excusa y vuelvo en unos segundos” dijo Lumeria.
“Vale, te espero aquí.” dijo Brais.

Lumeria se despidió de Brais y se fue a casa con sus garras flotantes. Al llegar a casa, sus hermanos ya estaban comiendo sus bayas y solo faltaba el agua. Lumeria dejó las jarras en el suelo y les dijo a sus hermanos que había tardado mucho porque un grupo de pokemon nocturnos querían devorarla. Después de esto, se fue a su habitación y sin que se dieran cuenta, se tele transportó dónde había quedado con Brais. Brais entretanto, ya se imaginaba dentro del estómago de Lumeria durmiendo dentro de ella hasta que Lumeria apareció delante de él sorprendiéndolo  por completo.

“Ya estoy aquí” dijo Lumeria delante de Brais.
“Que susto me has dado” dijo Brais.
“Bueno, acercate. Hoy dormirás bien a gusto.” dijo Lumeria.

Brais se acercó a su amiga y Lumeria le lamió la cara. Brais se ríe levemente por la caricia de su lengua.

“Tengo buen gusto?” preguntó Brais a Lumeria.
“Muy rico, me recuerdas a las bayas Meloc.” dijo Lumeria lamiéndolo más su rostro haciendo que su estomago rugiera un poco.
“Vaya, cada pokemon tiene su opinión.” dijo Brais sorprendido.

Lumeria le agarro suavemente de su cabeza y abrió su hambrienta boca. Brais notaba como su saliva empezaba a cubrirle su cabeza mientras que Lumeria disfrutaba de su sabor. Lumeria levantó el cuerpo de Brais, levantando su cabeza y empezó a devorarlo lentamente haciendo aparecer un bulto en su cuello. Brais notaba como su cuerpo era empujado a las paredes de su garganta, dándole masajes y relajando su cuerpo. Lumeria continuaba tragando su cuerpo haciendo desaparecer sus hombros, su torso y sus brazos. Solo quedaba fuera de su boca, sus piernas y su cola. Brais estab tan relajado que parecía como si estuviese en el paraíso. Lumeria devoró el resto de su cuerpo y con un fuerte trago, lo empujo hacia su cálido estomago, acomodando a su nuevo amigo dentro de ella. Lumeria eructo levemente por su nuevo amigo y se dirigió de nuevo a su casa con su queridos hermanos.

“Estas cómodo en mi casa?” dijo Lumeria acariciándose su hinchado estomago.
“Si, estoy muy cómodo, gracias” dijo Brais acariciando sus paredes de su estómago.
“Me alegro. Es la primera vez que un pokemon se deja comer.” dijo Lumeria.
“Bueno, a mi me gustan que me coman...” dijo Brais sonrojado.
“Eso quiere decir que lo de antes...” pensó Lumeria.
“Bueno, es que no me gusta dormir en mi cama. Estoy mas seguro en un estomago” dijo Brais.
“Que travieso eres” dijo Lumeria riéndose.
“Puedo quedarme aquí durante unas semanas?” dijo Brais.
“Por supuesto, así conocerás a mis hermanos.” dijo Lumeria.
“Gracias.” dijo Brais.
“No es nada.” dijo Lumeria.

Después de una larguísima conversación durante el camino a  casa de Lumeria, Brais se quedo dormido oyendo los latidos de su corazón. Lumeria llego a su casa y se fue directamente a dormir ya que sus hermanos dormían plácidamente en sus camas. Al día siguiente, Lumeria se levantó temprano para buscar presas, bayas y agua para sus hermanos ya que sus hermanos la esperaron durante toda la noche. Lumeria capturo unos cuantos pokemon para sus hermanos, muchas bayas y algunos pescados por si se quedaban con hambre. Cuando llegó ya estaban despiertos, esperando su comida. En cuestión de horas toda la comida había desaparecido y todos estaban llenos y se tumbaron al suelo satisfechos. Horas después, sus hermanos se fueron a entrenar mientras que Lumeria se fue a practicar sus ataques en un lugar tranquilo. De repente, sentía como Brais se despertaba y se acarició su estómago como bienvenida.

“Buenos días dormilón. Te dejado comida en mi estomago, como desayuno” dijo Lumeria.
“Oh, gracias. Por cierto, puedo conocer a tus hermanos?” preguntó Brais.
“Por supuesto. Ahora tengo que entrenarme. Puede ser que notes que mi temperatura corporal aumente por mi entrenamiento y mi estomago parezca una sauna” dijo Lumeria.
“No te preocupes estaré bien” dijo Brais.

Lumeria entreno hasta que se hizo de noche y volvió a su casa con algo de comida y agua. Mientras los pokemon comían, Lumeria les explico a sus hermanos que tenía un nuevo amigo y le gustaría que les conociera. Los dos hermanos asintieron y Lumeria lo escupió fuera de su estómago haciendo que Brais estuviera lleno de saliva. Brais se despertó y miró a los dos Ampharos. Eran de color negro pero uno tenia su estomago de azul y el otro como los Ampharos habituales. Sus esferas  eran de color naranja el primero y el segundo los tenia verdes.

“Necesitas un baño” dijo uno de los Ampharos negros.
“Eso creo” dijo Brais.
“Con esto será suficiente. Lumeria agarralo.” dijo el Ampharos de los anillos naranjas.
“Vale, Ace” dijo Lumeria.

Lumeria agarró a Brais y el segundo Ampharos lanzó un Hidrobomba hacía Brais quitando toda la saliva.

“Que fría! Pero, gracias por limpiarme” dijo Brais.
“No es nada” dijo el segundo ampharos negro.
“Cómo os llamáis?” preguntó Brais a los Ampharos negros.
“Yo soy Ace, el mayor de los tres hermanos. Él es mi hermano menor Neptune.” dijo Ace.
“Hola, encantado de conocerte.” dijo Neptune.
“Yo soy Brais.” dijo Brais.
“Ya me extrañaba que siempre estuvieses llena, hermana. Cómo siempre nos ocultas nuevos amigos  y siempre  te piensas que los haré daño, nunca me los presentas.” dijo Ace.
“Es verdad. Por cierto, le encanta que le devoren” dijo Lumeria.
“Oh, de verdad? Pues ya tengo cena” dijo Ace
“Yo también quiero!” dijo Neptune.
“Primero yo y después tu el día siguiente o hasta que nuestro invitado quiera cambiar de habitación” dijo Ace.
“Quieres entrar otra vez dentro?” preguntó Lumeria a Brais.
“Si, quiero quedarme unos días más.” dijo Brais.

Lumeria lo devoró otra vez y se quedo dormido en poco minutos. Pasaron los días y Brais durmió en los estómagos de los tres Ampharos hasta que Lumeria le acompañó a su pueblo.

“Gracias por dejarme quedar en vuestra casa, me he divertido mucho.” dijo Brais.
“Recuerda que siempre serás bienvenido a nuestra casa y si necesitas una cama o mis hermanos tienen hambre reúnete en el centro del bosque” dijo Lumeria.
“De acuerdo, hasta la próxima” dijo Brais despidiéndose de Lumeria.

Brais se despidió de su nueva amiga y sus hermanos, y volvió a su casa con volverlos a ver pronto.